POLÍTICAS, CULTURA Y PRÁCTICAS DE EDUCACIÓN INCLUSIVA

 

POLÍTICAS, CULTURA Y PRÁCTICAS DE EDUCACIÓN INCLUSIVA

En los sistemas educativos se viene trabajando de manera muy ardua y también acelerada con el tema de la educación inclusiva, es por esto por lo que se deben presentar políticas que ayuden al trabajo mancomunado en el sistema educativo, fundamentándose como guías y que sean el pilar fundamental para que las instituciones educativas se rijan a ellas para que refleje su objetivo.

Pero es que se debe presentar estas medidas a mi parecer de manera a raja tabla para que en un futuro se logre que se vuelvan una cultura responsable, que priorice las atenciones no solo de manera igualitaria para todos sino con una visión más equitativa, que si todos tengamos ingreso y acceso a la educación (igualdad), pero que se adapten a nuestras necesidades para encontrar esa brecha de igualdad en todos los procesos educativos (equidad).

En parte medular de los procesos educativos como base fundamental porque es donde se desarrollan las clases y se logra el desenvolvimiento de las mismas, lo denominamos la práctica, porque es en la práctica que el docente ve reflejado su planificación y plantea si la metodología que está aplicando es la adecuada para determinado grupo de estudiantes. Es el docente quién deberá estar preparado para estructurar su plan de estudios, presentando su proceso didáctico para llegar a alcanzar que se aprenda su objetivo, y que este sea fructífero.   

Según Ainscow&Booth (2000) la inclusión se concibe como un conjunto de procesos orientados a eliminar o minimizar las barreras que limitan el aprendizaje y la participación de todo el alumnado. Las barreras, al igual que los recursos para reducirlas, se pueden encontrar en todos los elementos y estructuras del sistema: dentro de las escuelas, en la comunidad, y en las políticas locales y nacionales. La inclusión, está ligada a cualquier tipo de discriminación y exclusión, en el entendido de que hay muchos estudiantes que no tienen igualdad de oportunidades educativas ni reciben una educación adecuada a sus necesidades y características personales, tales como los alumnos con discapacidad, pertenecientes a pueblos originarios o afrodescendientes, portadores de VIH/SIDA, adolescentes embarazadas, entre otros.

Uno de los primeros acuerdos sobre inclusión se llevó a cabo con la promulgación de la ley federal norteamericana, PublicLaw 94-142 (1975) acerca de los derechos educativos de todos los niños y niñas, que traducida al español lleva como título: Acta de la Educación para niños con Déficit (Educations for All Handicapped Children Act. EHA) la cual establece estándares mínimos tales como criterios de elección de centros educativos, tipos de servicio que se proporcionarían, garantizar la “educación especial” individualizada para todos los estudiantes que presentaran retraso mental, dificultades de aprendizaje, problemas emocionales, problemas de habla, oído o sordos, limitaciones de visión, problemas ortopédicos o con muchas limitaciones. Posteriores modificaciones de esta ley en el año 1992.

CULTURAS POLÍTICAS Y PRÁCTICAS

Tal y como se recoge en el  “Index for inclusion (Booth & Ainscow, 2011), posibilidad de una mejora escolar guiada por valores inclusivos debe revisar tres dimensiones interconectadas:

-          La creación de culturas inclusivas, siendo necesario repensar muchos de los principios y valores que guían las políticas que se desarrollan en los centros escolares. No puede obviarse la ya citada y necesaria alfabetización ética del alumnado y del profesorado y de la necesidad de construir espacios de reflexión para generar, de manera compartida con el contexto, auténticas comunidades de aprendizaje.

-            El establecimiento de políticas inclusivas, entendidas como la “política de centro”, sus normas de actuación. En este sentido, debe perseguirse una gestión inclusiva de los centros en lo referente a la organización de grupos, espacios, la metodología, la gestión de los apoyos e, incluso, sobre la relación con la comunidad.

-          El desarrollo de prácticas inclusivas, que impliquen repensar lo qué se hace y cómo se hace desde la óptica de la equidad, incorporando metodologías activas basadas en evidencia como el aprendizaje dialógico, cooperativo, basado en proyecto, aprendizaje servicio, …, ya que son iniciativas que posibilitan una respuesta a l diversidad en términos de equidad y calidad permitiendo además la participación activa del alumnado y la comunidad. (Suárez, 2018)   

Podemos observar que de esta manera la terminología de inclusión abarca una gran envergadura de situaciones ya sean adversas que se pueden presentar en la y que cada país debe presentar sus políticas a la sociedad con el fin de atacar hasta el punto de eliminar las discriminaciones, la deserción escolar, la baja autoestima en la escuela, hasta cierto gravo de complicación que un estudiante por sentirse discriminado se suicide.

El cambio sin embargo debe ser social y debe incluir a todos los miembros de la comunidad educativa y que estos participen activamente para lograr de esta manera una praxis adecuada y de cierta manera acertada para los estudiantes vulnerables de la sociedad, que los educadores preparamos para que se hagan frente en esta sociedad competitivo y que en medida de lo posible logren alcanzar alguna meta profesional que se planteen.

Referencias

Booth , & Ainscow. (2011). csie. Obtenido de http://www.csie.org.uk/resources/translations/IndexEnglish.pdf

Suárez, M. (Julio de 2018). digibui. Obtenido de https://digibuo.uniovi.es/dspace/bitstream/handle/10651/48464/TFM_CovadongaMenendez.pdf;jsessionid=8616A4FEDBCB08D404D755911900BE48?sequence=6

 

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